Sexualidad y post parto
La sexualidad en el post parto es un tema complejo y sigue siendo tabú en muchos aspectos, ya sea por vergüenza o por un deseo de que todo lo referente a nuestro sexo, o a nuestro cuerpo, permanezca igual que antes del proceso de embarazo, parto y ahora que se está transitando el post parto. Esta etapa puede ser un período difícil en relación a la sexualidad, que requiere de ajustes en la pareja y de mucha paciencia y comprensión mutua.
En los primeros días post parto, se necesita de un período variable de abstinencia (aproximadamente 40 días), llamado “Cuarentena” para asegurar la adecuada recuperación de los órganos reproductivos y prevenir infecciones. Esperar también le dará tiempo a nuestro cuerpo a sanar, no solamente de las secuelas físicas del embarazo y parto, sino también las emocionales y psíquicas en donde vimos a nuestro cuerpo pasar por mucho cambios que son considerables. Después de este tiempo, la mayoría de los hombres, y también algunas mujeres, desean reiniciar las relaciones sexuales de forma normal, sin embargo, debido a múltiples factores físicos, hormonales y emocionales, muchas mujeres se encuentran en una situación en la que no se sienten preparadas para retomar la actividad sexual y quieren postergarla.
Muchas veces las parejas tratan de reiniciar la vida sexual como si no hubiera pasado nada, desconociendo los cambios, el «desfase» que se produce entre ellos, y la necesidad de buscar una nueva forma de relación o un nuevo equilibrio.
En el postparto temprano es frecuente que las mujeres experimenten una disminución del deseo sexual causada por múltiples factores, en combinaciones diferentes y con importancia variable para cada mujer:
● Cansancio, a veces depresión y estrés.
● Falta de sueño.
● Atención focalizada en el recién nacido/a.
● Cambios hormonales.
● Temor al dolor.
● Temor al desempeño sexual.
● Sentimiento de que el cuerpo es poco atractivo.
La verdad es que – en general – las mujeres estamos en otra frecuencia por un montón de razones. Acabamos de parir, por lo tanto nuestro cuerpo está recién recuperándose de un gran esfuerzo, estamos cansadas, adaptándonos a este nuevo hijo que demanda toda nuestra atención, y además las hormonas bajan nuestra libido. Los altos niveles de prolactina (que es la hormona que produce la leche) disminuyen el estrógeno, la testosterona y la progesterona, lo que se traduce en una disminución del deseo sexual y en sequedad vaginal. Esta situación tiende a irse normalizando alrededor de los seis meses.
Es muy importante entender que esto es un proceso normal, no hay una única receta, lo más importante es la comunicación con nuestra pareja sobre estos temas para que también pueda entender nuestros procesos y empatizar con nosotras.