Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable
Del 1 al 7 de agosto, cada año se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
Este año, el lema de la OMS es: «Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable», resaltando los vínculos entre la lactancia materna y la salud del planeta, así como el impacto de la alimentación infantil en el medio ambiente.
La leche materna es un recurso natural, seguro y renovable por lo que es inocua para el medio ambiente.
Es un alimento ambientalmente seguro a diferencia de los preparados lácteos para las que se requiere un uso desmedido de plásticos y diversos materiales para sus empaques y, como si eso no fuera suficiente, se calcula que para la producción de 1kg se requieren más de 4 mil litros de agua.
Si bien la Lactancia Materna reduce completamente el consumo y eliminación de desperdicios porque es el pecho de la madre el encargado de su producción, la fabricación de leche artificial sí «genera residuos, mayor gasto de agua y electricidad, y mayor cantidad de metano atmosférico».
La leche materna no necesita el empleo de ningún tipo de energía eléctrica para su preparación ya que viene lista para tomar directamente del envase.
Tampoco hay que limpiar o esterilizar ningún tipo de instrumento para el consumo de leche materna por lo que ahorramos envases, agua, jabones, productos de limpieza y reducimos la contaminación ambiental.
No es necesario el transporte y la distribución de la leche materna así que ahorramos combustible y recursos importantes también para el medio ambiente, así como para la salud poblacional.
Hay un menor empleo de medicamentos, ya que está demostrado que los niños amamantados enferman menos. Interesante también pensar aquí, que en caso de catástrofe o de vivir en un país subdesarrollado, tienen más posibilidades de supervivencia.
La Lactancia Materna cumple un importante papel para poner fin a la pobreza, proteger al medio ambiente y conseguir la prosperidad de todos a través de un desarrollo sostenible.